El cambio de Melo fue bueno
Los Leones del Escogido obtuvieron los servicios del veterano infielder Juan Melo, procedente de los Azucareros del Este, a cambio del prometedor inicialista Mauro Gómez, en un negocio que beneficia en lo inmediato al equipo escarlata.
El vicepresidente de Operaciones de Béisbol del Escogido, Mario Soto, ha cambiado presente por futuro, por cuanto el negocio involucra a un jugador de futuro, como Gómez, por uno que ya es presente en la Liga Dominicana, Melo.
Resulta que Gómez, reclutado en el sorteo de jugadores del año pasado, es un jugador que todavía no ha actuado en la Liga Dominicana, por cuanto todavía se encuentra en los estratos más bajos del béisbol de los Estados Unidos. Este año, por ejemplo, apenas jugó a nivel de Clase A, en la Liga del Medio-Oeste, donde fue tercero en cuadrangulares conectados, con 21.
Sin embargo, hay que apuntar que el promisorio jugador de los Vigilantes de Texas fue ponchado 115 veces y su promedio de bateo fue de .262, estadísticas que hacen pensar que todavía no está listo para enfrentar con éxito el difícil pitcheo de la Liga Dominicana, en donde convergen buenos lanzadores de clasificaciones más altas que la Liga del Medio-Oeste, incluyendo Grandes Ligas.
Melo, en cambio, es un veterano de alegadamente 31 años –Mario Soto dice que cuando lo firmó para el profesionalismo le puso un año más de edad-, que ha probado con éxito enfrentar el pitcheo de nuestro circuito.
De regreso al Escogido, Melo le da profundidad a la defensa de las esquinas del cuadro interior escarlata, por cuanto puede jugar tanto en la primera como en la tercera base. Su condición de bateador ambidextro le da un zurdo experimentado en la alineación y en la banca, capacitado para batear con poder y buen contacto, algo de lo cual adolecía el conjunto rojo.
El invierno pasado, Melo (.250-3-25), de haber jugado con el Escogido, hubiese sido segundo en jonrones (uno menos que el líder, Rubén Mateo) y primero en carreras empujadas del club, condición esta última que tuvo Enrique Wilson, con 19 remolques.
Aunque somos de los pocos que creemos el valor de Melo ha sido sobre-estimado por la afición escogidista, después que fue negociado a los Azucareros en el 2001, no dejamos de reconocer que él ha sido un buen pelotero en nuestra liga. Con lo que no estamos de acuerdo es con quienes lo han querido presentar poco menos como una superestrella, en el béisbol nuestro.
No obstante, la condición de Melo como buen pelotero en nuestro circuito, no admite dudas. Quizás su éxito como bateador frente al Escogido, en especial en situaciones importantes de los partidos, ha hecho que éste jugador se vea aún mejor a los ojos de los escogidistas.
Eso también es un factor a ponderar cuando se analiza el cambio. El Escogido acaba de incluir en sus filas, a un bateador que desde que salió de éstas ha sabido hacerle daño, a cambio de uno que nunca le ha aportado nada, por cuanto nunca vistió su uniforme.
Por lo visto, por dondequiera que uno lo analice, en el papel, el cambio de Melo fue bueno. El tiempo dirá lo que acontecerá en el terreno de juego.
El vicepresidente de Operaciones de Béisbol del Escogido, Mario Soto, ha cambiado presente por futuro, por cuanto el negocio involucra a un jugador de futuro, como Gómez, por uno que ya es presente en la Liga Dominicana, Melo.
Resulta que Gómez, reclutado en el sorteo de jugadores del año pasado, es un jugador que todavía no ha actuado en la Liga Dominicana, por cuanto todavía se encuentra en los estratos más bajos del béisbol de los Estados Unidos. Este año, por ejemplo, apenas jugó a nivel de Clase A, en la Liga del Medio-Oeste, donde fue tercero en cuadrangulares conectados, con 21.
Sin embargo, hay que apuntar que el promisorio jugador de los Vigilantes de Texas fue ponchado 115 veces y su promedio de bateo fue de .262, estadísticas que hacen pensar que todavía no está listo para enfrentar con éxito el difícil pitcheo de la Liga Dominicana, en donde convergen buenos lanzadores de clasificaciones más altas que la Liga del Medio-Oeste, incluyendo Grandes Ligas.
Melo, en cambio, es un veterano de alegadamente 31 años –Mario Soto dice que cuando lo firmó para el profesionalismo le puso un año más de edad-, que ha probado con éxito enfrentar el pitcheo de nuestro circuito.
De regreso al Escogido, Melo le da profundidad a la defensa de las esquinas del cuadro interior escarlata, por cuanto puede jugar tanto en la primera como en la tercera base. Su condición de bateador ambidextro le da un zurdo experimentado en la alineación y en la banca, capacitado para batear con poder y buen contacto, algo de lo cual adolecía el conjunto rojo.
El invierno pasado, Melo (.250-3-25), de haber jugado con el Escogido, hubiese sido segundo en jonrones (uno menos que el líder, Rubén Mateo) y primero en carreras empujadas del club, condición esta última que tuvo Enrique Wilson, con 19 remolques.
Aunque somos de los pocos que creemos el valor de Melo ha sido sobre-estimado por la afición escogidista, después que fue negociado a los Azucareros en el 2001, no dejamos de reconocer que él ha sido un buen pelotero en nuestra liga. Con lo que no estamos de acuerdo es con quienes lo han querido presentar poco menos como una superestrella, en el béisbol nuestro.
No obstante, la condición de Melo como buen pelotero en nuestro circuito, no admite dudas. Quizás su éxito como bateador frente al Escogido, en especial en situaciones importantes de los partidos, ha hecho que éste jugador se vea aún mejor a los ojos de los escogidistas.
Eso también es un factor a ponderar cuando se analiza el cambio. El Escogido acaba de incluir en sus filas, a un bateador que desde que salió de éstas ha sabido hacerle daño, a cambio de uno que nunca le ha aportado nada, por cuanto nunca vistió su uniforme.
Por lo visto, por dondequiera que uno lo analice, en el papel, el cambio de Melo fue bueno. El tiempo dirá lo que acontecerá en el terreno de juego.
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